"...las formas ideologizadas de antemano, el culto aristotélico de una literatura bibliotecada, universitada y académica, fue cumpliendo en el imaginario popular una fragmentación cultural que dañó profundamente la competencia de nuestros lectores y de nuestros intelectuales. En un nivel micro literario, por así decir, de lupa, las facciones, el grito del escritor en apuros, la proyección de una sombra vanidosa y falsa en la opinión de los demás, el carácter, el fin estético que no está en la tinta ni en el papel, la desgracia del adorno, el prejuicio, el monstruoso ego que incendia toda gracia, el dios de lo grave recayendo en los supuestos talentos de la genialidad. Lo que criticamos se nos ha vuelto como un boomerang, cumplimos al pie de la letra los viejos preceptos burgueses y antipopulares de toda la historia del arte..
Entendemos que esta aparente discontinuidad, ruptura y bifurcación, no es otra cosa que una nueva y enmascarada forma de dominación cultural de parte de un establishment de la cultura que revierte los mecanismos hegemónicos a través de las épocas. O entendemos esto o nos quedamos sin nada. El ciclo Elefante va rumbo a ese destino. Sin pose. Sin disfraz. Sin más que la letra. Sin más que lo que está escrito. Ya salimos. Es paso lento. Es peso pesado. Es paso Elefante."
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